martes, 10 de enero de 2012

Sexología como ciencia y su parte práctica: la sexología clínica.

Estamos acostumbrados a escuchar/leer/usar palabras que terminan con “logía”. Logía viene de logos y es lo que ponemos cuando queremos crear de algo una ciencia. El sexo también su ciencia, la sexología.



Antes de ser arqueólogo hay que estudiar, antes de ser epistemólogo hay que estudiar, antes de ser algo-logo hay que estudiar. La sexología también se estudia, se aprende y se puede enseñar.

En Argentina es un postgrado. Para acceder a estos estudios hay que estar recibido de Medicina, Psicología o Ciencias de la educación. Pero esos son sexólogos con papeles, sexólogos certificados. ¿Quiénes son en realidad los primeros sexólogos? Los padres. Estos sexólogos médicos, psicólogos y licenciados también tuvieron sexólogos, sus propios padres. Y no es que quieran sacarles el trabajo, como tampoco la escuela quiere sacarles a los padres sus funciones de sexólogos. Hay un problema que nos confunde a todos. No todos estamos en condiciones de ejercer esta “profesión secreta”.

Y los que sí lo están no pueden llegar a todas las personas a las que les gustaría llegue su voz o lo que tengan para decir.

Algunos cobran por hacerlo (www.justanswer.es/sexologia), otros prestan su ayuda sin esperar nada a cambio (https://twitter.com/drksexo) otros te “responden” por msn (“Edu”) y la lista es interminable. En nuestro país tenemos muchos grossos grossos a los que vale la pena escuchar. Solo hay que prestarles un poco nuestra atención. Para acercarnos a ellos, está este blog.

Ahora recurriendo al contestador de dudas por excelencia (si, wikipedia)… “La sexología es el estudio sistemático de la sexualidad humana y de las cuestiones que se relacionan con ella. Es el estudio de la vida sexual humana desde un punto de vista genital, fisiológico general, social y psicológico, en el cual participan un gran número de disciplinas y especialidades médicas y humanísticas, abarcando así todos los aspectos de la sexualidad.”

Estudio sistemático de (el estudio de viene de ver el “logos” al lado de algo, sistemático que se estudia de una forma determinada) la sexualidad humana (menos mal que aclara) y de las cuestiones que se relacionan con ella (cosas que competen a la sexología, ¿qué son esas cosas? Sigamos viendo la definición…) Estudio de (otra vez) la vida sexual humana (menos mal que aclara) desde un punto de vista (veamos) genital (lo físico dígase “cuerpal”), fisiológico general (respuestas sexuales y problemas), social (vos y otros) y psicológico (vos), en el cual participan un gran número de disciplinas y especialidades médicas y humanísticas (sí, médicos y humanos trabajando juntos), abarcando así todos los aspectos de la sexualidad. Fin.

“Aspectos de la sexualidad” – título.

¿Y cuáles son?

Bueno, si seguimos leyendo el artículo veremos qué se consideró aspectos de la sexualidad: “norma sexual, sexualidad de grupos especiales, parafilias, desarrollo sexual, coito, disfunciones sexuales, adicciones sexuales, abuso sexual.”

Me faltaría educación sexual y estamos creo…

O un etcétera sería más apropiado.

Como sea, todos temas que serán tratados en algún momento.

Ahora, como toda ciencia que se estudia, la sexología tiene su parte práctica. Y no, no es tener relaciones sexuales. Es algo raro que se llama sexología clínica. La sexología clínica fue evolucionando, gracias a personas que se animaron a más: Richard von Krafft-Ebing, Freud, William Masters y Virginia Johnson, Alfred Charles Kinsey, Helen Kaplan, incluso Ernst Gräfenberg y Alessandra Rampolla más los capos de acá, entre ellos JC Kusnetzoff, Adrián Helien, León Gindín, Adrián Sapetti, etc. (no quiero olvidar a nadie pero no puedo nombrar a todos, sería sobrecarga de gente para googlear) y bueno…queda en nosotros buscar, informarnos, hacer todo lo posible para saber cada día un poco más porque si nos gusta ser buenos en todo, si somos conscientes que para que algo nos salga bien hay que saber, apliquemos eso también al sexo y vamos a ver cómo recolectamos elogios y terminamos enseñando.

Doc K, Gindín y Sapetti, por ejemplo.

jueves, 5 de enero de 2012

#1

Ok ok próximamente arrancamos... "Sexología como ciencia y su parte práctica: la sexología clínica."



"No importa con qué sexo tengas sexo, cuanto sexo ni de qué sexo... todo seguirá siendo mentira si no te lo tomas con la misma naturalidad que el café del desayuno."

miércoles, 4 de enero de 2012

Entrevista a Orlando Martín, por Joaquín Rocha.

Educar en y para una sexualidad responsable
Entrevista al Lic. Prof. Orlando Martín
por Joaquín Rocha 
Psicólogo especialista en Educación para la Comunicación
joacorocha05@yahoo.com.ar
 
Siendo uno de los pioneros de la Educación Sexual en nuestro país, ¿por qué cree que es importante la implementación de la Ley?
Toda ley encausa a la sociedad y la sustrae de la confusión y anarquiza. No sólo define un comportamiento social y político sino también educativo. La ley de educación Sexual Integral vino a sacarnos de la parálisis vivida mientras la realidad continuaba y los males avanzaban.
Esta ley implica desafíos y pone en el escenario dos actores: padres y docentes. Es una ley de derecho, no de obligación. Se enmarca en los Derechos Humanos y los Derechos del Niño y del Adolescente, en su derecho y necesidad de aprehender. La obligatoriedad, si se quiere, está dada desde el contexto de toda ley y desde una pedagogía centrada en el alumno.
Desde hace tiempo hemos venido sosteniendo con mi esposa Encarnación Madrid, la necesidad de una ley que sea base pare educar en y para una sexualidad responsable.
Leyendo la ley parecería que hace perder a la escuela su lugar "académico" para situarla en otro contexto.
Así es. La sitúa en el mundo de las emociones, de las convivencias y del aprendizaje social.
Cuando se introduce un tema diferente en una organización o en un sistema, éste se moviliza. La ley no está ajena a muchas resistencias. En otro tiempo las hemos sentido en carne propia. Por eso se hace necesario un tiempo de estudio, de reflexión y capacitación para evaluar el cómo y qué incluir en la educación sexual. No puede ser considerada ni un apéndice ni una asignatura más.
La Ley nos habla de "formar en relaciones interpersonales positivas". Para esto se hace necesario tener en cuenta la maduración psico-emocional y que los alumnos no son individuos pasivos en la construcción de sus aprendizajes.
Se refirió a un tiempo de estudio, reflexión y capacitación. ¿Esto supone que la escuela o, mejor dicho, los docentes no están preparados para asumir este desafío?
No digo que todos los docentes, pero sí en su gran mayoría. Hay que tener en cuenta que no fuimos preparados para estos desafíos en sexualidad y afectividad. Los docentes y los directivos tienen sus propias dificultades frente al tema de la sexualidad. He aquí un punto coyuntural: afrontar nuestra propia sexualidad, con sus claros y sus oscuros, cuando hemos sido educados en una represión victoriana.
Educar implica un compromiso personal para lo cual es imprescindible estar abiertos a una sincera y profunda capacitación ya que la mera resonancia "afectiva y emocional" y el voluntarierismo no basta para educar en sexualidad. Estamos viendo con alegría, desde Koinonia, nuestro centro de capacitación, que ya son muchos los docentes que se acercan a buscar formación e información a través de los cursos y talleres que ofrecemos. Esto está hablando que algo se ha empezado a movilizar.
En la actualidad el vínculo o la relación familia-escuela está viviendo una crisis. Implementar educación sexual en la escuela ¿no estaría marcando una brecha más profunda?
Todo lo contrario. Esto se plantea a manera de desafío superador del dilema entre padres y escuela. Es necesario relanzar un encuentro prospectivo y creador.
Siempre hemos destacado, junto a Chiqui (Encarnación Madrid), el carácter prioritario, tanto cronológico como valórico de la familia. Prioritario pero no exclusivo, ya que delega a la escuela la continuación, profundización y sistematización de los conocimientos y valores por ella dados. Debe existir una permanente comunicación y cooperación entre las dos.
Es incuestionable el derecho de la familia a la educación de sus hijos. Pero cuando no puede ejercerse o realizarse produce una profunda frustración y decepción. Para que esto no suceda, la familia debe estar, acompañar, contener, satisfacer las demandas de los hijos para que estos no emprendan una desenfrenada búsqueda de "distracciones" que alegren su existencia. Estar presente es fundamental para instalar una pedagogía del encuentro, del diálogo, de la contención y de la orientación.
Frente a esta realidad ¿Cuál sería el papel que debe asumir la escuela?
Debe quedar claro que desde siempre la escuela brinda un aporte subsidiario y fundamental en la educación de los niños y jóvenes. La ley señala lo imprescindible de la creación, por parte de la escuela, de espacios de formación para los padres y responsables. Nos encontramos ante un estupendo desafío. Esta es una tarea que supera a la misma escuela si no se tienen equipos de apoyo sólidos y competentes. Desde Koinonia hemos visto esta necesidad, por eso tenemos un equipo de profesionales que están abocados a la formación de docentes en cuanto a la realización de encuentros de capacitación y formación de padres. Nuestra idea es que alguien de "adentro" es más conocedor de la realidad que viven las familias e invita a los padres a un mayor compromiso que alguien que viene de "afuera". No queremos caer en la cultura del "toco y me voy". De esta manera, más allá de cumplir, enriquecer la información sobre la educación sexual se vincularía más estrechamente la familia y la escuela.
Por último. Uno de los grandes temas que, también, se pone en juego es la perspectiva de género…
Esto es otro de sus grandes aciertos que implica un desafío más. Hemos constatado, históricamente la lucha y dominación de los géneros.. Siempre hubo y, tal vez, todavía exista la subestimación de uno de ellos. El varón dominó a la mujer y la convirtió en el "sexo débil" hasta el advenimiento del feminismo. El nuevo posicionamiento de la mujer trae muchas consecuencias en sus elecciones, decisiones y proyecto de vida. Esto, también, incide en la identidad del varón, en su vida, en sus conductas y en la manera de afrontar su propio proyecto de vida. No se pueden, ya, presentar roles estereotipados y reductivos. Se debe asumir el compromiso para que los conceptos mujer y varón sean y estén de acuerdo a la realidad actual.
La escuela debe diseñar y planificar actividades de enriquecimiento y de reciprocidad de los géneros. Debemos combatir la mirada desvalorizante, de objeto, que nos muestra la sociedad, en general, sobre la mujer.
Como dijo Juan Pablo II debemos empezar a "escribir la historia" desde un modo menos unilateral. Esto vale para toda la Educación Sexual Integral.
Orlando Martín es Licenciado en Psicología y Doctor en Filosofía. Experto en Gestión y Planeamiento Institucional y fundador y director del Centro de Investigación y 0rientación Universitaria de la UADE, director y presidente del Centro de Capacitación, Investigación, Orientación y Consultaría Koinonia. Recientemente ha sido nombrado Coordinador general en el Postgrado de Educación de la sexualidad por la Facultad de Medicina Virtual de la Universidad de Buenos Aires


Fuente: http://www.san-pablo.com.ar/rol/?seccion=articulos&id=1595

lunes, 2 de enero de 2012

El Banquete o Del Amor. Platón.

“ Al principio, había tres clases de hombres, los dos sexos que subsisten aún, y un tercero compuesto de ambos. Este ha sido destruido y lo único que queda de él, es el hombre. Este animal formaba una clase particular, y se llamaba andrógino porque reunía el sexo masculino y femenino; pero ya no existe y su nombre es actualmente oprobioso. En segundo lugar, todos los hombres presentaban la forma redondeada, tenían los hombros y los costados en curva, cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros unidos a un cuello orbicular y perfectamente semejantes, una sola cabeza que contenían esos dos rostros opuestos el uno del otro, cuatro orejas, dos órganos de la generación, y lo demás en proporción análoga. Andaban derechos, como nosotros y sin necesidad de volverse para tomar el camino que le diese la gana. Sus cuerpos eran robustos y vigorosos; y su valor elevado, lo que les inspiró la audacia de subir hasta el cielo y combatir contra los dioses.
Júpiter examinó con los dioses el partido que había que tomar, el asunto no se presentaba sin dificultades, los dioses no querían aniquilar a los hombres como antes a los gigantes fulminándolos, porque entonces el culto y los sacrificios que los hombres le ofrecían habrían desaparecido; pero por otra parte, no podían tolerar semejante insolencia. En fin, después de largas reflexiones, Júpiter se expresó en los términos que siguen:"Creo haber encontrado dijo, un medio de conservar a los hombres y de tenerlos muy sujetos, éste medio consiste en disminuir sus fuerzas, los separaré en dos y así serán más débiles y tendremos además otra ventaja que será la de aumentar el número de los que nos sirven. Caminarán derechos, sostenidos sólo por dos piernas y si después de este castigo conservan su audacia impía y no quieren estarse quietos, los separaré de nuevo y se verán obligados andar sólo con un pie, como los que danzan sobre el odre en las fiestas de Baco". Después de esta declaración, el dios efectuó la separación que había dicho, y lo hizo de la misma manera que se cortan los huevos, dividiéndolos en partes iguales. Mandó luego a Apolo que curase las heridas y que colocase el rostro y la mitad del cuello del lado en que había hecho la separación, para que a la vista de estos castigos, fuesen más modestos. Hecha esta división cada mitad buscaba encontrarse con la que le correspondía y cuando ambas se encontraban, se abrazaban y se juntaban con todo ardor, con el deseo de recobrar su antigua unidad, en este abrazo perecían de hambre e inanición, no queriendo hacer nada uno sin otro. Cuando una de estas dos mitades perecía, la que subsistía buscaba otra, a la cual se unía de nuevo al azar, sin mirar si era una mitad de ser femenino completo (llamado hoy mujer) o era una mitad de hombre, y así la raza se iba extinguiendo. Zeus apiadado, concebió otro recurso, puso por delante los órganos de la generación que estaban detrás (hasta entonces se concebía, en efecto y se esparcía la semilla, no uno en otro, sino en tierra como las cigarras), haciendo así la concepción por la unión del macho y la hembra. Entonces si la unión se producía entre el hombre y la mujer, nacerían los hijos; pero si el macho se unía al macho, la sociedad los separaba pronto, de ahí proviene naturalmente el amor que tenemos unos por otros, nos devuelve a nuestra naturaleza primitiva, hace todo lo posible para reunir las dos mitades y por devolvernos a nuestra antigua perfección. Cada uno de nosotros no es pues, más que una mitad de hombre; esas mitades se buscan siempre. Los hombres que provienen de aquella separación de seres compuestos llamados andróginos, aman a las mujeres, y la mayoría de los adúlteros pertenecen a esta clase a los que pertenecen también las mujeres que aman a los hombres y violan las leyes del himeneo. Pero las mujeres que proceden de la separación de las mujeres primitivas no prestan gran atención a los hombres y se muestran más inclinadas a las mujeres; a esta especie pertenecen las tribadas. Del mismo modo, los hombres que provienen de la separación de los hombres primitivos, buscan el sexo masculino.
Cuando a alguno de ellos le ocurre encontrarse con su mitad, la simpatía, la amistad y el amor se apoderan de ambos de una manera tan maravillosa que no quieren separarse de ningún modo, ni aún por un minuto. La causa es que nuestra naturaleza primitiva era una y que formábamos un todo completo. Se da el nombre de amor al deseo y a la persecución de este antiguo estado. “